
Diez años y nueve proyectos de investigación centrados en el conocimiento de la inflamación del disco intervertebral y su implicación en el dolor lumbar.
La Fundación leonesa Pro Neurociencias impulsa su actividad con la renovación del convenio con la Universidad de León para continuar con sus objetivos de subvencionar proyectos de investigación realizados en el Instituto de Biomedicina de la ULE y la difusión de la neurociencia mediante reuniones científicas y la subvención de publicaciones en revistas científicas y la concesión de becas de ampliación de estudios en el extranjero para las especialidades del ámbito de la neurociencia.
En los diez años de su existencia, desde su creación en 2014 por iniciativa del filántropo ya desaparecido, Antonio Martínez Álvarez, se han financiado nueve proyectos de investigación, la mayoría desarrollados por el equipo que dirige la doctora Vega Suárez, del despertamento de fisiología de la ULE. Las investigaciones se han centrado en la inflamación del disco intervertebral y su implicación del dolor lumbar y ciático, tanto in vritro como en modelo animal. «Siguiendo esa línea de trabajo se ha investigado el efecto inmunomodulador de las células troncales mesinquimales (células madre) en la mencionada inflamación. También se explora la acción del secretoma en las células madre como terapia para modulación de citocinas inflamatorias en el control del dolor radicular y en la regeneración de los nervios periféricos», explica su presidente, el neurocirujano José Cosamalón.
Tres publicaciones
El resultado de estas investigaciones se ha publicado en tres revistas de impacto científico, dos en Spine Journal y una en Plos One, subvecionadas por la fundación, junto con otras seis publicaciones más en otras revistas.
La fundación se centra en subvencionar la investigación del dolor lumbar por ser el más prevalente. «Esto justifica que sea la segunda razón más frecuente de visita médica, la causa más frecuente de discapacidad laboral en la población menor de 45 años, la quinta causa de ingreso hospitalario y la tercera de procedimientos quirúrgicos. Estamos ante un problema sociosanitario de primera magnitud», asegura Cosamalón.
La investigación «es pionera en España», según Cosamalón. «Es un ejemplo de la medicina traslacional en la que se aplica la ciencia básica a la resolución de los problemas médicos acuciantes. En nuestro caso se ha conectado la medicina asistencial con la investigación de laboratorio con el objetivo de conseguir una potencial nueva forma de tratamiento de un proceso que aún no tiene una solución definitiva y poder mejorar la calidad de vida de los pacientes».
Además del presidente, José Cosamalón, forman parte de la fundación José A. Vega, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo; Manuel Gonzalo Orden, vicepresidente y catedrático de la ULE; Marta Esteban, bióloga y vocal, Pilar Martínez, asesora económica y Antonio Martínez, asesor jurídico.
Tratamiento
La investigación comenzó hace diez años con el dolor discogénico con una primera fase en un modelo in vitro en el que se demostró que las células del disco estimuladas con citocinas proinflamatprias, comoel factor de necrosis tumorasl (TNF) incrementan la producción de moléculas inflamatorias. La segunda fase exploró el efecto inmunomodulador de las células troncales mensiquimales del tejido adiposo (células madre), que demostraron su eficacia, un efecto igual al que se obtuvo utilizanod solo el secretoma de las células madre.
En una segunda fase de investigó la eficacia de las células madre y el secretoma en la inflamación y la neurotoxicidad del TNF en el nervio ciático de un modelo animal, que demostró tener un efecto beneficioso, el inmonomodulador y su acción regenerativa.
Actualmente, el equipo de la doctora Vega Villas y Microvet realizan un estudio histológico e inmunohistoquímico de los discos humanos dolorosos en los que se han confimado la presencia de células inflamatorias, neovascularización y neoinervación. «La siguiente fase, pendiente de poner en marcha, está enfocada al estudio con microscopía electrónica y a la detección de citocinas inflamatorias, neurotrofinas y otros factores de crecimiento», explica Cosamalón. El objetivo de la investigación es tratar la inflamación con el secretoma e identificar qué moléculas tienen mayor potencia inmonomoduladora orientada a la búsqueda de un tratamiento biológico.
Fuente de «El Diario de León»